Sus ojos me atraviesan como dos puñales. 

Cada instante que siento su mirada sobre mi, siento que me las piernas me fallan.

Un breve cruce es suficiente para que me salten chispas de los ojos.

Un leve roce basta para acelerar mi corazón, por ahora a salvo dentro de mi pecho.

El simple pensamiento de que esté con otra, de que desee a otra, y no a mi, me quema por dentro.

Porque yo sé muy bien lo que eso significa, conozco muy bien esa sensación, y cómo hace hervir la sangre el solo pensar, el recordar, que esos mismos brazos rodearon mi cintura alguna noche, de esas perdidas que nadie recuerda.

Y es desde esa misma noche, que no quiero que mis manos recorran otra espalda que no sea la suya...

Se que me escuchas, quiero que luzcas tu mirada mortal
Porque muero cuando te cruzas, hablo en lenguas, hablo en mudas palabras que quiero escuchar, escuchar...

Encienden todas las luces, y bailemos hasta que alguien cierre el lugar....




(Catupecu Machu - Musas)

No todo lo que se dice se siente, ni lo que se siente se dice...

Era tanta su esperanza que nada parecía real. Incluso los más recientes recuerdos parecían disolverse entre sus dedos...
Y sin embargo, la duda más dulce y cruel de todas amenazaba con despedazar esas imágenes, esas sensaciones, y transformarlo todo en un paisaje de papel...

Siento que la ansiedad y la angustia me parten el alma en mil pedazos...
A veces es difícil cargar con tanta pasión encima de una misma...
Afortunadamente, la vida tiene otras cosas que ofrecer, y pronto todo vuelve a su cause, y no hay nada más que hacer que dejarse llevar...