Por suerte ya volví a mi centro otra vez, y eso es lo único que importa,
es genial como una reflexión te golpea la cabeza de vez en cuando y te hace ver la luz,
te saca de esa actitud de víctima, y aprendés a perdonarte.
Y lo mejor de todo, es que no va a volver a pasar, porque ya aprendí, ya lo vi,
ahora muchas cosas nuevas esperan en el horizonte para ser descubiertas y disfrutadas,
aunque más no sea una sonrisa, un gesto, una palabra...
Ojalá siga aprendiendo mucho más en este espacio que me tocó compartir con estas personitas.
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